El Balnerio El Cóndor, posee una extensa franja de playas en las que se puede realizar todo tipo de actividades referentes al viento, entre las que se encuentran Kitesurf, Windsurf, Kitebuggy,
Carrovelismo, Surf; y para los días en que el viento no ayuda, que la verdad son pocos, no viene mal un poco de Pesca.
Lo bueno que tiene este lugar para la practica de Kitesurf es su disposición geográfica y la CANTIDAD y CALIDAD de viento que hay. Ni hablar de la amplitud que tienen las playas.
Permite navegar con todos los vientos, moviéndonos de playa en playa de acuerdo a la dirección que tenga el mismo.
Las playas tienen aproximadamente unos 500 metros desde la costanera hasta la marca de la pleamar, aumentándose aproximadamente en 200 metros durante la marea baja.
Le favorecen tres de los cuatro puntos cardinales, ya que es seguro navegar con viento del Sur, del Este y del Norte inclusive, el único viento que presenta cierto peligro debido a que empuja desde la costa hacia el océano es el viento del Oeste y cierto rango entre este último y el viento del Norte. A esto se le puede agregar el factor de las mareas, el cual puede llegar a afectar la navegación cuando la velocidad del viento no ayuda, pero esto rara vez pasa.
El balneario El Cóndor se encuentra a 30 kilómetros de la ciudad de Viedma, y constituye el portal de ingreso a la Patagonia Atlántica y punto inicial de la denominada Ruta de los Acantilados. Al lugar se accede por una ruta pavimentada en excelentes condiciones.
Cuenta con todos los servicios básicos para que el visitante disfrute de una buena estadía, tales como campings, hoteles, departamentos de alquiler, restaurantes, proveedurías, sala de primeros auxilios, sanitarios públicos en la costanera, locutorio, estación de servicios, capilla, terminal de ómnibus y comisaría. Durante la temporada veraniega hay buena actividad nocturna con varios pubs que ofrecen shows musicales y una disco.
Asimismo, El Cóndor cuenta con un club para realizar actividades deportivas bajo cubierta, y el casino El Faro, un moderno edificio donde el turista podrá practicar diferentes juegos de azar, que permanece abierto durante todo el año.
Tradicionalmente en el mes de febrero se realiza la Fiesta del Mar y del Acampante, que año tras año ofrece actividades de esparcimiento y recreación, además de realizar la elección de la reina de la fiesta.
El Cóndor cuenta además con puntos de interés para visitar como el faro, el Mirador de Ceferino y una nutrida colonia de loros barranqueros. Los aficionados a la pesca pueden ejercer su pasión en las zonas del Pescadero y en Los Pozones, o bien trasladarse unos kilómetros hasta Playa Bonita.
En el Balneario El Cóndor también encontrarán su espacio para el deleite los amantes de la pesca, windsurf, sandboard, fourtrax, motocross, beach voley, beach handball, windskate, safari fotográfico, avistaje de mamíferos marinos y todas aquellas actividades deportivas y recreativas que la familia desee.
Esta villa turística nació en forma espontánea por la inquietud de los vecinos de Viedma y Patagones, que construyeron allí sus viviendas de veraneo y fin de semana. En los últimos años este balneario ha evolucionado notablemente al aumentar en gran forma la cantidad de construcciones y al haber sumado obras indispensables para su desarrollo, como la reciente pavimentación y remodelación integral de la costanera.
Mirador de Ceferino. Para los devotos de Ceferino Namuncurá, esta ermita ubicada en el comienzo de los acantilados tiene un monumento y una capillita, desde donde se puede apreciar tanto la villa marítima como el río en su desembocadura y parte de su trayecto.
El Pescadero. Transitando por calle 8 hacia la desembocadura del río Negro en el océano Atlántico, a tres kilómetros se encuentra este sitio importante para los pescadores y para los que gustan de los deportes náuticos. Con trescientos metros de costa iluminada, es un área apta para la pesca embarcada y de costa, pudiéndose obtener especies como corvina, pescadilla, pejerrey y lenguado. Posee una proveeduría y un refugio arbolado que sirve como camping.
Los Pozones. Esta zona, frente al faro, es una extensión de rocas cubiertas por mejillones, donde la marea alta hace que se acerquen los peces a alimentarse, y una vez producida la bajamar los pescadores pueden incursionar en la captura de distintos ejemplares. Las playas que rodean al faro son aptas para realizar distintas actividades, y son las preferidas por los bañistas, en especial por la protección que ofrecen los acantilados y la proximidad de las aguas.
Playa Bonita. Se encuentra a 15 kilómetros de El Cóndor, sobre la ruta provincial n° 1, accediendo por una explanada realizada en el acantilado. La playa de arena blanca cuenta con un espigón natural al que se puede ingresar por medio de pasarelas, donde se practica la pesca con óptimos resultados.
A lo largo del recorrido por un camino consolidado, conocido como "Camino de la Costa", que bordea el Atlántico se pueden observar los distintos escenarios que la naturaleza ofrece.
Bahía Rosas
A 15 kilómetros de la Lobería y limitada por médanos bajos, se encuentra Bahía Rosas. Una playa que aún deja ver los restos del vapor chileno Ludovico, naufragio de 1916.
La profundidad de sus aguas convierte esta playa en un sitio óptimo para la pesca costera de tiburón, cazón, pejerrey, róbalo, corvina, pez gallo, pez elefante, etc.
A poco más de 20 kilómetros se encuentra la "Bajada de Echandi", tallada en la piedra del acantilado como acceso a una playa ideal para la pesca del pejerrey.
Bahía Creek
Siguiendo con el recorrido, y ya a 100 kms. de El Cóndor, los acantilados pierden altura y se alternan con médanos bordeando amplias playas de arena. La belleza y tranquilidad de este lugar atrajo a vecinos de Viedma y Patagones que construyeron algunas viviendas de fin de semana. En este asentamiento también se encuentra el Club de Pescadores, con parrillas, agua dulce y baños (para el uso de los socios), y a pocos kilómetros una casa de campo que provee productos alimenticios y cuenta con servicio de radio para emergencias.
Caleta de los Loros
A sólo 14 kilómetros de Bahía Creek se encuentra Caleta de los Loros. Playa de finas arenas rodeada de médanos, con canales naturales de profundidad variable por donde entra el mar.
En este Área Natural protegida se pueden observar cisnes de cuello negro, flamencos rosados, bivalvos, pulpitos y otras especies marinas.
Los pescadores encontrarán pejerreyes, lisas, róbalos y lenguados entre otras variedades.
Los amantes del buceo se acercan a La Caleta en busca de los restos del Mary Jane, hundido a fines del siglo pasado, y para la extracción de bivalvos y moluscos.
Punta Mejillón
En una extensa playa de arenas finas cercanas a La Caleta está el balneario Punta Mejillón, denominado Pozo Salado, el elegido por los acampantes amantes de la naturaleza. También aquí existe un asentamiento de viviendas de fin de semana, y en temporada, cuenta con proveeduría y baños públicos. El paisaje se realza con la reaparición de los acantilados que cobijan una pequeña colonia de lobos marinos.
Las ciudades de Viedma y Carmen de Patagones tienen una gran parte de la historia en común, comenzando por el hecho de que ambas fueron fundadas el mismo día, el 22 de abril de 1779. Hoy en día, forman un conglomerado urbano de unos 70.000 habitantes.
Emplazadas a ambos márgenes del Rio Negro, lugar ideal para disfrutar no sólo de sus aguas en verano sino para diversos deportes náuticos y caminatas sensacionales en sus costas.
La comunicación entre ambas ciudades se realiza a través de sus dos puentes, uno ferrocarretero, llamado puente viejo, y otro sólo para vehículos. Además existe un servicio de lanchas que une ambos muelles con una frecuencia de 15 minutos. Este servicio funciona sólo de día y es, para el turista, un pequeño paseo muy recomendable.
Viedma, a diferencia de su vecina Patagones, es una ciudad moderna, que pocos vestigios guarda de su pasado. Los más importantes se concentran en la denominada Manzana Histórica, que cobija la Catedral y el antiguo Colegio Salesiano, con su hermosa capilla.
Viedma, además, es un moderno centro administrativo, asiento de las dependencias del gobierno provincial, y sede del obispado más antiguo del sur argentino. Antiguamente, esta ciudad era la capital del Territorio Nacional de la Patagonia.
A pocos kilómetros por Ruta 3 se encuentra I.DE.V.I., Instituto de Desarrollo del Valle Inferior. Es una zona rural ubicada a lo largo del último tramo del curso de río Negro, con una extensión de 80.560 hectáreas. De ellas sólo 26.000 has. poseen infraestructura de riego y drenaje. Hay producción de cebolla, papa, manzanas, ciruela, peras, nueces, almendras, trigo, maíz, entre otras, y cría de ganado vacuno y ciervos. Existen establecimientos rurales para visitar y pernoctar.
El Balneario EL CONDOR alberga la colonia de LOROS BARRANQUEROS más grande e importante del mundo, la misma posee aproximadamente 35.000 nidos estables y tiene extensión de 12kms de largo recorriendo los acantilados.
Cada nido está habitado por una pareja, donde la hembra pone entre 2 y 5 huevos, lo que establece un promedio de 5 ejemplares en cada cueva.
Los loros ocupan los nidos desde unas dos semanas antes de la postura y eclosión de los huevos, que se produce en la primera semana de noviembre.
Los pichones permanecen en los nidos unos 45 días, después empiezan a realizar sus primeras excursiones de vuelo y completan su etapa de crianza a los 90 días.
Las bandadas son muy ruidosas, por el estentóreo grito de los loros, y ofrecen un espectáculo multicolor por las tonalidades verdosas y azuladas del plumaje de estas aves.
Estos personajes son un espectáculo para los sentidos del turista y una atracción inigualable para quienes se dedican al avistaje de aves.
Los loros son, entre las aves, las especies más susceptibles y frágiles, y están en extinción en muchos sitios del planeta, por eso es importante que en esta región se los proteja y valore.
Punta Bermeja es un lugar privilegiado dentro de los doscientos kilómetros del Corredor de las Playas de la Patagonia,
La región presenta una atractiva playa de piedras rodeada por el marco imponente de los acantilados y una especial reserva faunística.
Esta zona de playas está vedada al acceso de los turistas -tanto para proteger a los hombres como a los lobos- y cuenta además con un Centro de Interpretación Faunística donde se pueden conocer detalles sobre la vida de los lobos marinos y otros exponentes de la fauna de la región, a través de animales embalsamados, fotos y audiovisuales.
Se puede disfrutar de un balneario de características especiales, donde el mar ha erosionado las rocas de manera tal que formó una serie de piscinas naturales, que quedan al descubierto durante la marea baja y hacen las delicias de quienes buscan un chapuzón.
En la zona superior del acantilado hay servicios de confitería, proveeduría, sanitarios, estacionamiento e instalaciones para acampar, y para descender a la playa se puede hacer uso de una rampa escalonada o bien utilizar un medio mecánico de elevación.
También los amantes de las cañas pueden despuntar el vicio con una oferta de pesca variada (pejerrey, corvina dorada y negra, pescadilla, congrio), y quienes deseen algo más fuerte pueden hacer quince kilómetros por camino enripiado hasta Bahía Rosas, donde se puede intentar la pesca de tiburón desde la costa.
Reyes del lugar
Con su imponente figura llegan a medir tres metros de longitud y se alzan hasta un metro y medio sobre el suelo- los lobos marinos son los reyes del lugar. También llamados lobo de un pelo o león marino del sur, en contraste con la torpeza con que se desenvuelven en tierra firme, estos pinnípedos tienen una gran facilidad y gracia para moverse en el medio acuático.
Desde su imponente mirador de pasarelas, pueden apreciarse las aves marinas y costeras. Es común observar desde grandes animales como el petrel gigante, que con sus más de dos metros de envergadura sobrevuela en otoño e invierno las playas buscando comida, hasta las bandadas de pequeños loros barranqueros que permanecen todo el año en la zona.
Entre estos extremos, hacen su aparición la paloma antártica -encargada natural de la limpieza de los apostaderos en la época de las pariciones de los lobos-, gaviotas, cormoranes y biguás.
También puede observarse ocasionalmente en La Lobería la aparición de orcas y alguna ballena franca.